Los Toros de Guisando
Conjunto de esculturas de verracos o toros, ubicadas en el cerro de guisando, en el término municipal de El Tiemblo (Ávila), datados en el siglo II y I antes de Cristo.
Este conjunto escultórico, realizado por los pueblos de origen vetón, pueblo que habitaba en España, hasta la conquista del Imperio Romano, donde una de sus fuentes económicas era la ganadería, cabe suponer que realizaban, estas obras escultóricas para la protección de su ganado, aunque es una de las muchas teorías que se han propuesto.
Estas representaciones en piedra de verracos o toros, pertenecen a la historia puesto que en este mismo paraje, se firmó el Tratado de los Toros de Guisando en el siglo XV, entre el rey Enrique IV de Castilla y su hermana Isabel I de Castilla (la futura reina Isabel la Católica), por el que aquel reconocía la proclamación de ésta como Princesa de Asturias y, con ello, la de heredera al trono.
Los Toros de Guisando también han estado presentes en nuestra literatura, así como Cervantes en su obra Don Quijote de la Mancha los cita varias veces, también Federico García Lorca, habla de ellos en su obra Llanto por Ignacio Sánchez Mejías:
…y los toros de Guisando,
casi muerte y casi piedra,
mugieron como dos siglos
hartos de pisar la tierra.